miércoles, 20 de abril de 2011

no tittle

La forma en que sus ojos reflejaban los mios.
Habian pasado horas desde que llegó el último tren, se supone deberia haber llegado en el, pero no estaba ahi. Llovia y ya cerraban las cafeterias cercanas, quedaban un par de personas paseando por las calles supongo que iban de vuelta a sus hogares. Me encontraba sentada en la estación esperando, no tenía nada más que hacer y no estaba dispuesta a abandonar la ilusión, dentro de mi sabia que lo más probable era que no llegara, pero no queria matar esa esperanza que me habia mantenido paciente por largos meses.
-¿Puedo ayudarla en algo?- me pregunto una voz de forma repentina, supongo que habia estado a mi lado hace bastante tiempo, no habia entradas cerca, pero yo no lo habia sentido.-Hace bastante tiempo la veo sentada ahi, el próximo tren llegara en varias horas, no creo que sea bueno quedarse aquí, hace mucho frio y la noche no es tan segura como algunos años atras.
Lo escuche, asentí. Algunos minutos después lo vi marcharse maldiciendo al aire y por un minuto consideré ir tras el y pedirle disculpas por mi comportamiento, pero de lo que menos ganas tenía era dar explicaciones a un extraño.

un día de aquellos

Tomo la manilla, abro la puerta, bajo del auto, camino hacia el paso de cebra, cruzo la calle, bajo las escaleras, entro al metro, camino, busco en mi bolso mi tarjeta bip, después de dos intentos fallidos pasa, camino, subo escaleras, camino, veo a la gente que al contrario pasa sin verme ni verse, corren, quizás sienten, camino, bajo escaleras, prendo la música, y espero, mientras empieza a llegar la gente, mientras a dos metros de mi una pareja discute sobre cosas la vida, mientras una madre intenta cubrir a sus hijos del frío, mientras otra persona como yo escucha música a mi lado y sonríe. El tren llega y la gente corre, mas yo espero y entro. Unos hablan bajo, otros simplemente gritan, algunas caras son fáciles de descifrar, puedes ver sus anhelos, sus mas intimos deseos, puedes ver el odio y la ira en sus ojos; otros por el contrario me intrigan, y no puedo despegar mis ojos de ellos, intento descubrirlos, entender por qué son distintos del común de la gente, por qué no puedo descubrirlos. Francisco Bilbao, bajo y camino, subo, tomo la micro, bajo, camino y camino...